Días revoltosos

Quizás hoy sea uno más de esos días a los que podría llamar revoltosos. Pensar, pensar y pensar sin llegar a un final productivo, ni si quiera a una conclusión y mucho menos a un fin. Ir a la cocina, hacerte un café y que esa misma palabra te dé que pensar, hasta podría levantar dolor de cabeza. Estoy segura de que si mi conciencia fuera humana estaría totalmente destrozada, cansada de trabajar sin parar y totalmente agradecida a los escasos momentos en los que le puedo dar un  pequeño descanso. A veces creo que mis cacaos mentales no son realmente el tipo de problema al que le debería dar importancia, puede que mi mente sea dueña de un  inversor de pensamientos, haciendo éste que me centre en esas cosas absurdas y que deje en un segundo plano aquellas que de verdad deberían preocuparme. Puede que haya  encontrado el por qué de los días revoltosos y si así fuese, sería el inversor de pensamientos.